por
DAFNA GOLDSCHMIDT, Arqueóloga, U. Internacional SEK.
Recientemente,
nuestra comunidad ha erguido un monumento que honra a todos los chilenos judíos
que fueron desaparecidos y asesinados en la época de la Dictadura.
Primero
pensé que no era necesario un monumento solo a miembros de la comunidad judía
que murieron, más aún cuando creo que la causa por la que murieron fue para
luchar por la integridad esencial de las personas en pos de los Derechos
Humanos, lucha que va mucho más allá de tu origen, condición religiosa, étnica,
etc .
Quizás
a estas personas, tomando en cuenta las razones por las cuales murieron, les
habría gustado más estar en un memorial hecho por la comunidad judía destinado
a todas las personas que murieron en Dictadura, no solo para judíos.
De
igual manera, por fin nuestra comunidad se atreve a sacar de la invisibilidad a
estas personas, que lamentablemente han sido más invisibles que los otros que
murieron por su condición de judíos, invisibles para muchos que se jactan de ser
de izquierda, o que defienden los Derechos Humanos, pero a la hora de defender o
condenar apelan a los "vínculos sionistas" de Hinzpeter o de Don Francisco.
Lamentablemente,
en nuestra sociedad es de sentido común pensar que por lo que está pasando en
Palestina/Israel, como judíos no tenemos el derecho de condenar privada o
públicamente dichos antisemitas como los de Murdok, del senador Tuma, o del
diario El Ciudadano, disfrazados muchas veces de antisionistas, vergonzosamente
celebrados por el resto de los chilenos.
Si
todos esos muertos y detenidos desaparecidos (chilenos y latinoamericanos de
cualquier religión) supieran que hoy en día se guarda silencio y olvido en torno
a tantos compañeros judíos caídos, por el afán actual de “protestar” contra lo
sionista e Israel, encegueciendo la lucha de los Derechos Humanos por fines
políticos propagandistas, se morirían nuevamente de vergüenza ante una lucha
política que olvidó que la dignidad humana era más importante, donde la
verdadera causa está hoy vacía y desvirtuada.
Morirían
nuevamente de tristeza, porque a pesar que dieron su vida por una lucha tan
trascendental, hoy en día priman otros argumentos, que finalmente lo único que
hacen es quitarle seriedad a muchas otras causas igual de importantes. Pensarían
quizás también que los valores que ganaron hoy en día son los mismos valores que
se impusieron a las personas que les dieron su propia muerte, y que cada vez que
se usan estos tipos de argumentos, y que más encima son celebrados o que "el
resto" no hace nada, sea para quien sea y del lado que sea, es como volverlos a
matar.
Quiero
creer que todos estos detenidos desaparecidos, aunque no están incluidos en este
memorial, están felices por sus "compañeros" judíos, ya que los saca de la
invisibilidad en la que han estado por lo menos para muchos de esta "seudo nueva
izquierda", para la que es más cómodo pensar que estos judíos chilenos
asesinados, torturados y desaparecidos nunca existieron.
Este
memorial da cuenta que hay una diversidad de personas que lucharon contra la
dictadura, una diversidad étnica y religiosa, entre muchas otras, y el respeto a
esa diversidad y su defensa fue una de sus luchas. Por lo tanto, aunque los
miembros no judíos no estén explícitamente mencionados, el hecho que este
memorial contribuya a mostrar esa diversidad hace que de igual manera estén
presentes.